MEDITACION I
DIOS PREPARA A SU MADRE
ESCENA: el
cuadro de la inmaculada pintado por Ribera.
El Eterno
Padre extiende su brazo omnipotente en las sombras espesas de la nada. De su mano brota una catarata de luz y en
medio de ella aparece la Virgen tan limpia, tan hermosa, que los ángeles vuelan
a mirarla y quedan extasiados contemplándola.
I.
Mas
limpia que la patena
1.—María
esta destinada por Dios para Madre Suya. ¿Cómo la prepara? Ante todo, la hace muy limpia; libre de todo
pecado, hasta del pecado original. Los
vasos sagrados destinados a guardar y sostener el cuerpo de Jesucristo han de
estar muy limpios: el cáliz, el copón,
la patena. Aun cuando estén siempre
limpios el cáliz y la patena. La patena
ha llegado a ser símbolo de limpieza: está limpio como una patena. Aun cuando estén siempre limpios el cáliz y
la patena, todavía el sacerdote, momentos antes de poner en ellos el pan y el
vino que han de convertirse en el cuerpo y la sangre de Jesús, pasas por ellos
el purificador, para quitar hasta las más ligeras motitas.
¡Cuanta
limpieza quiere Jesús! María estaba destinada a ser patena. En sus brazos y en su regazo descansaría innumerables
veces Jesús, niño pequeñito. Estaba destinada a ser cáliz y copón. En su seno virginal viviría nueve meses el
Verbo de Dios hecho carne, de la carne misma de la Virgen. Por eso hace Dios a su Madre limpísima: es la inmaculada.
2.—Tu
tambien estas destinado a ser patena del cuerpo de Jesucristo. El quiere que comulgues, y cuando te acercas
a comulgar, el sacerdote deposita en tu lengua y en tu corazón el cuerpo de
Jesucristo. Tu alma tiene que estar muy
limpia como el cáliz y la patena, lo mas parecida al alma de la Virgen. Jamás te acerques a comulgar en pecado
mortal. Eso seria arrojar el cuerpo de Jesús
a un muladar. Aunque no tengas pecado
mortal, tendrás alguna falta venial, alguna imperfección; limpia tu alma de toda
mancha moral antes de recibir a Jesús, como el sacerdote limpia con el purificador
el cáliz y la patena.
Purificador
del alma, es el agua bendita que tomas al entrar en la iglesia; con ella se
perdonan los pecados veniales. Purificador del alma, es el acto de contrición que
debes rezar con toda sinceridad y con todo el afecto de tu corazón antes de
comulgar.
3— los
vasos destinados a contener la Eucaristía estan consagrados por el Obispo; por
eso no pueden dedicarse a usos profanos.
Su profanación le desagrada mucho a Dios. Estaba Baltasar en un banquete y mando traer
los vasos de oro y de plata que su padre Nabucodonosor había robado del templo
de Jerusalén, y mientras el rey profanaba los vasos sagrados una mano
misteriosa escribió en la pared el castigo de Dios: el termino su reinado María destinada a ser
depositaria del cuerpo de Jesús Y Madre suya, tambien estuvo consagrada
completamente a Dios. se entrego a El
luego que tuvo uso de razón y muy pronto hizo voto de virginidad perpetua.
María
destinada a ser depositaria del cuerpo de Jesús y Madre Suya, tambien estuvo
consagrada completamente a Dios. Se
entrego a el luego que tuvo uso de razón y muy pronto hizo voto de virginidad
perpetua. María estuvo siempre apartada
de las vanidades del mundo. Fue toda de
Dios. El cristiano destinado a ser
depositario del cuerpo y de la sangre de Jesús tambien esta consagrado al
servicio de Dios. Lo es cuando recibe el
bautismo, cuando el sacerdote arroja de su alma al demonio paraqué venga a
vivir en ella el Espíritu Santo; cuando unge su cuerpo con el oleo santo y le
marca con la señal de la cruz; cuando en su alma queda impreso el carácter bautismal,
indeleble que le separa del paganismo y le hace discípulo de Jesús.
Asi queda
preparado el cristiano para ser patena y copón de la Eucaristía. No profanes tu cuerpo y tu alma. Despues de comulgar no vayas a diversiones
donde te manches con el pecado.
Terminado el santo sacrificio de la misa, los vasos sagrados se guardan
en un estuche para que no se manchen y puedan utilizarse al día siguiente. Tu que comulgas todos los días, vive recogido,
apartado de las ocasiones de pecado. No
seas de los que comulgan por la mañana y pecan y escandalizan por la noche. Eso es profanar tu cuerpo y tu alma, patena y
copón de la Eucaristía. Dios puede
cansarse de tus profanaciones y enviarte el castigo.