Practica de la virtud de la
Paciencia
El Apóstol
Santiago dice que la paciencia es la obra perfecta de un alma. Esta tierra es lugar de meritos, y por lo
tanto no de reposo, sino de trabajos y padecimientos; el que sufre con
paciencia, sufre menos y se salva; y el que padece con impaciencia, sufre mas y se condena. La paciencia se ha de practicar:
I.º En Las
enfermedades. La enfermedad es la piedra
de toque de la verdadera virtud; algunos son devotos cuando disfrutan de buena
salud; pero, visitados por la enfermedad, se impacientan, se quejan de todos,
se entregan a la tristeza y cometen un sinnúmero de faltas.
2.º En la
muerte de los parientes. ¡Cuántos por la muerte de un pariente quedan
inconsolables, hasta llegar a abandonarla oración, los sacramentos y todas sus
devociones¡ Algunos llegan a quejarse del mismo Dios. ¡Que temeridad!
3.º En la pobreza, sufriendo con resignación la
perdida de los intereses y confiando en el Señor, que no dejara de socorrer a
quien en El confía.
4.º En los desprecios y persecuciones; pues si Jesús, siendo tan inocente, ha
padecido tanto por nuestro amor. ¡que
mucho que padezcamos nosotros por amor suyo!
5.º En las tentaciones. Almas hay tan pusilánimes, que si la tentación
es larga se acobardan y se creen abandonadas de Dios. Sin embargo, Dios no permite nunca que seamos
tentados sobre nuestras fuerzas; y por cada tentación vencida se ganan muchos
grados de gloria. Preciso es pedir al
Señor que nos libre de las tentaciones; pero cuando estas no acometen, conviene
resignarse a la voluntad de Dios, rogándole que nos de fuerzas para
resistirlas.