"POR LA CONVERSION DE LOS INFIELES"

¡Dios te salve, María, Virgen y Madre de Dios! Aunque miserable pecador, vengo con la mayor confianza a postrarme a vuestros pies santísimos, bien persuadido de ser por ti socorrido de que eres la que, con tu gracia y protección poderosa, alcanzas al género humano todas las gracias del Señor. Y si estas suplicas no bastaran pongo por medianeros y abogados a los nueve coros de los Ángeles, a los Patriarcas, y Profetas, a los Apóstoles y Evangelistas, a los Mártires, Pontífices y Confesores; a las Vírgenes y Viudas; a todos los Santos del Cielo en especial al Cura de Ars, Santa Filomena, San Francisco de Asís, San Benito y justos de la tierra. Cuiden de esta página y de lo que aquí se publica para el beneficio de los fieles de la Iglesia Católica; con el único fin de propagar la fe. Que, esta página sea, Para Mayor Gloria de Dios.

lunes, 6 de julio de 2020



La devocion al glorioso SAN RAFAEL, es medio  poderosísimo para alcanzar de Dios nuestro Señor bienes espirituales y temporales, para lo cual aunque con tibio espíritu, aconsejo á todos los fieles cristianos tengan á este sagrado Arcángel por abogado para alcanzar la perfecta salud del alma y cuerpo, con otros innumerables bienes y frutos de bendición de la Majestad de Dios, por la intercesion de es te poderoso Arcángel, que tantas señas ha dado a los mortales de ser el que los favorece con el Señor; y por tenerlo olvidado experimentamos faltas de muchas cosas, y en particular en la salud, y viéndose muchas casas ricas sin sucesión.

Tengan devocion con este glorioso Arcángel y lo tendrán todo como que es medicina de Dios. Los gloriosos doctores de la Iglesia, San Agustín y San Gerónimo afirman que. Cuando se ve milagrosa salud, es enviado RAFAEL del Señor para remedio dé aquella dolencia. No digo las curaciones que hizo.

Con la remoción de las aguas de la Piscina, ni lo que ejecuto con Tobías el anciano, ni con el mozo, ni con su esposa que vieron su quinta generación, porque de esto diremos en el discurso de la Novena. Tampoco refiero lo que hizo con el glorioso patriarca San Juan de Dios, como lo refiere su vida, ni lo que hizo con San Pedro mártir, ni con el que le curó de su orden la gota coral, ni muchos prodigios que ha hecho, ni puedo decir los que hará. Solo diré una gloria de la España, aunque mal agradecida por el olvido que tiene á este soberano médico de cámara, del palacio del Señor.

A la ciudad de Córdova, vino una peste, que la llenó de muertes, castigo de la mano de Dios; de suerte que los que más morían sin confesar, por haber muerto muchos confesores, y los que había no podían asistir á tantos enfermos. Andaba entre ellos fray Simón de Seussa, comendador del convento de la Merced, (que era muy devoto de este soberano Arcángel) no solo confesando, sino dando limosna á los pobres en honra del glorioso Arcángel.

Mas traspasado de dolor de ver aquella desdicha, se vino á media noche á su convento entró en el coro y llamando a la Reyna de los Ángeles, le pedía el médico perfecto RAFAEL, y á él que le favoreciese como su devoto de aquel castigo del Señor, y que se lo pedía por la Reyna de los Ángeles, A estos clamores de fray Simón no se hizo sordo este poderoso Arcángel y se le apareció diciendo estas palabras: Yo soy Rafael, que vengo á premiar tu ruego y la limosna, que á los ojos del Señor vale tanto como la humildad y caridad; que por tí ha levantado el azote de su justicia contra este pueblo.

 Y di al Obispo que ponga mi imagen en el pináculo de la torre de la Catedral y exhorte a los fieles á mi devocion, y que serán remediados siempre, que á la Reyna de los Ángeles pidan la medicina del Señor, y que á los que trajeren mi imagen los libraré de todo mal, y en particular del demonio Asmodeo presidente de la lujuria que es el pecado que tanto daño hace para perder la gracia de Dios. Todo se lo declaró fray Simón al obispo y la ciudad quedó libre, y le dotaron fiestas á SAN RAFAEL el día 7 de Mayo. Esto hace con sus devotos este poderoso Arcángel, lo mismo hará con nosotros si hacemos lo que debemos, demos limosnas en honra suya, que es toda salud y bienes, y da hijos y al cielo; y el juntar tesoros y no dar á los pobres, solo da tropiezos y caídas, y la mayor que es perder á Dios, dejándonos acá los bienes, que fueron males para nuestra ruina; tengamos un amigo para todo, no aguardemos al día de la tribulación.

 Mas ¿qué día no es de tribulaciones en este mísero mar de tantas olas? Seamos barca de los que suben á Dios, no seamos de las desdichas que se sumen en las tristes y lamentosas -cavernas.

Por lo mismo encargo mucho esta devocion que es la guía de todo el bien, de la caridad y del grande amor que nos tiene S. RAFAEL, para que como amigo de Dios, gocemos por su mediación desde esta triste vida la bienaventuranza, para lo cual fuimos redimidos con la preciosísima sangre de Jesús. Yo os suplico soberano Arcángel, miréis el bien mio y el de mi prójimo con aquella caridad que mirasteis á Tobías y .á los demás santos de que queda hecha mención.

 ADVERTENCIAS Para hacer con perfección la Novena La primera y más principal es confesar y comulgar para ponerse por este medio en gracia y amistad de Dios, pues asi nos concederá su Majestad, como amigos suyos, los favores que le pedimos y deseamos; y aunque esta diligencia se debía hacer el primer día, se puede trasladar á cualquiera de la Novena.

 La segunda y muy esencial, es obligar á la Reyna de los Ángeles, renovando en nuestras almas las devociones antiguas, y acrecentando la confianza en la protección de esta poderosísima Señora, pues todos los beneficios y favores que comunica Dios á sus criaturas, pasan y se participan por las liberales manos de su santísima Madre.

 La tercera y más propia es procurar imitar aquellas tan apreciables virtudes que ejercitaba el santo Tobías, y por las cuales mereció que el santo Arcángel le comunicase tan singulares favores. Estas, según las refiere el mismo santo Arcángel, fueron la oracion, la limosna, el ayuno, la caridad con los prójimos, la misericordia y piedad con los difuntos.

 Estas mismas procurarán ejecutar en cuanto pudiere el que hiciere la Novena, y espere lograr lo que tan cumplidamente logró el mismo Tobías; pues como dice la Historia Sagrada, el santo Arcángel ofreció y presentó en la presencia del Señor sus oraciones y ruegos, y le consiguió de su Majestad aún mucho más de lo que deseaba. Puédese hacer esta Novena en cualquiera tiempo del año, ó cuando la necesidad ó la devocion de cada uno le dictare.

 Por lo que toca á la devocion privada de cada uno, podrá hacerse la Novena, en cualesquiera días y tiempos del año; y tal puede ser la urgencia y la necesidad, que se podrá hacer en el espacio de un día en nueve tiempos oportunos y descontinuados.

Tambien la podrán hacer cuando se ha de emprender un viaje largo, ya por mar ó por tierra, por ser este santo Arcángel el especial protector de caminantes. Tambien cuando se pretende tomar estado, por el singular acierto que tiene SAN RAFAEL en punto tan dificultoso de acertar.

En las cobranzas dificultosas, se puede tambien obligar al Santo Arcángel con su Novena porque fue el más desinteresado agente en la cobranza de Tobías. Y sobre todo, en las enfermedades, porque el nombre de RAFAEL, es lo mismo que medicina de Dios.

Y esta eficaz medicina la encontrará siempre con seguridad el que con fervor y confianza hiciere la Novena á este sagrado príncipe y soberano Arcángel SAN RAFAEL, procurando hacerla delante de su imagen, ó en la Iglesia en su propio altar, ó en su casa delante de una estampa de su efigie.

 Hincado de rodillas delante de la imagen del glorioso !S. Rafael, «se dará principio A su novena con la señal de la santísima cruz; y levantando el corazón á Dios , procurar alentar la confianza y avivar la fe, haciéndose presente con la consideración a toda la corte celestial y a la Reyna de los Ángeles, como especial abogada nuestra , en cuya presencia con humildad, dolor y arrepentimiento dirá de todo corazón.

 

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Para todos los días.

 Señor mio Jesucristo, Dios y hombre verdadero, mi poderoso Criador, mi dulce Padre, y mi piadosísimo Redentor; aqui tenéis postrado á vuestros pies á este hijo pródigo, que tantas veces ha malogrado el patrimonio de vuestra gracia con enormes pecados.

La confusión cubre mi rostro, Dios mio y apenas me atrevo á levantar mis ojos para miraros, aterrado con el asombroso número de mis pecados. Mas ¿á quien iré, bien mio, sino al que me dio el ser, y derramó por mi toda su sangre? Si: levantareme y me iré al Padre, os digo como el primer pródigo. A Vos pues vengo, cierto que me esperáis con los brazos abiertos para abrazarme, y regar con dulces lágrimas mi cuello.

Si para esto queréis tambien mi llanto; de sangre viva quisiera yo formarlo, y daros con esto un testimonio de mi verdadero arrepentimiento. Dad Vos, Señor firmeza á mis buenos propósitos, para que, dejando ya de ser demonio por los vicios, sea por las virtudes un Ángel puro, semejante á vuestro querido Arcángel SAN RAFAEL.  A vos pues me dirijo, Príncipe gloriosísimo, y Ángel de la salud RAFAEL, para que á la vista de vuestras virtudes y excelencias salga con vuestra protección del abismo de mis vicios y miserias, y merezca con esto el favor que solicito en esta Novena, y que espero de aquel vuestro tierno corazón y fondo de caridad, que forma vuestro carácter. Amén,

 

DIA PRIMERO

RAFAEL GRAN PRIVADO DEL REY SUPREMO

 

Para formar el debido concepto de la íntima privanza y especial predilección, con que honra á RAFAEL el Rey Supremo, basta considerar la alta cumbre de honor á que le ha sublimado. Más ¡Oh que altura de honor tan asombrosa! El menor de los Ángeles ocupa ya un trono incomparablemente más excelso y brillante, que el mayor de los Monarcas de la tierra: ¿cuál pues será la elevación de un Espíritu, que se eleva sobre millares de millones de Ángeles, por ser uno de los siete supremos Magistrados, que honran y decoran el celestial imperio?

El mismo reveló por su propia boca á los dos Tobías esta tan sublime preeminencia, cuando les dijo: Yo soy él Ángel RAFAEL uno de los siete que estamos delante del Señor, esto es, uno de los siete más allegados á su augusto Solio, prontos á desempeñar las comisiones con que nos honra como á sus más íntimos privados.

Y de aquí es, que, del incalculable número de Ángeles, que, como dice Santo Tomás con el Areopagita, es mucho más crecido que el número de todos los otros seres juntos, solo de RAFAEL y otros dos espíritus angélicos ha querido Dios dar cierta é individual noticia á los mortales; que por esto, solo de estos tres celebra en particular su fiesta la Iglesia, Oh excelencia de RAFAEL, verdaderamente admirable!

 Medítese un poco, y pídase el favor que se desea.

 COLOQUIO

¡Qué grande os hizo, sublime RAFAEL la poderosa diestra del Altísimo! ¡Ah! yo quiero levantar la vista al refulgente solio de vuestra gloria, y los vivos rayos de brillante luz, que os rodean, deslumbra y obliga á cerrar mis endebles ojos. Vos sois uno de aquellos siete supremos senadores que le forman al Rey inmortal é invisible su más secreto gabinete, y que á la manera de inextinguibles antorchas arden y brillan sobre los siete candeleros de oro, que vio San Juan en el Apocalipsis, delante del Cordero de Dios.

 A vos dirijo con dulce majestad sus cariñosos ojos el Rey de la gloria haciéndoos con los reverberos de su luz eterna é increada un fidelísimo espejo de su hermosura. A vos confía aquellos profundos arcanos, que no es licito hablar al hombre; y como á su apreciado valido os concede todas las gracias, con que como Ángel de la caridad queréis socorrer á los afligidos mortales. Ya que tan grande sois, y tanto priváis con el Rey de Reyes sacadme de mi pequeñez y miseria y alcanzadme de su Divina Majestad, que se eleve mi espíritu á las cosas celestiales y eternas, en cuya comparación todas las grandezas y pompas de este mundo no son más que vanidad y aflicción de espíritu.

 Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri,

 

ORACIÓN.

 Santísimo Príncipe de la gloria y poderoso Arcángel SAN RAFAEL, grande en los bienes de la naturaleza, grande en los dones de la gracia, grande en el ardor de la caridad, grande en el resplandor de la sabiduría, grande en la piedad con los hombres, grande en el poder contra los demonios, grande en la dignidad, grandísimo en la humildad, medicina de Dios, médico de la salud, príncipe de los médicos, perfecto en las curaciones, salud de los enfermos, luz de los ciegos, gozo de los afligidos, custodia de los caminantes, guía de los peregrinos, maestro de los que desean la perfeccion; protector de la virtud, celador de la gloria de Dios, ensalzador de la limosna, del ayuno y de la oración: ruégote piadosísimo príncipe, por aquella caridad con que acompañaste á Tobías el mozo, guardándole de muchos peligros, librándole á él y á Sara su esposa de aquel cruel demonio Asmodeo, y sanando al anciano Tobías de la enfermedad que padecía en sus ojos, y llenando su casa y familia de muchos bienes, me asistas en las enfermedades, me acompañes en los caminos y me defiendas del demonio de la torpeza, para que viviendo castamente en esta vida, merezca ver la luz de Dios en la eterna; y tambien os suplico me alcancéis lo que pido en esta Novena si es para mayor gloria de Dios y bien de mi al ma. Amén.

 Después alentando cuanto pudiere la confianza con las palabras que á cada uno le dictare su afecto, fe pedirá á SAN RAFAEL el favor que desea, conseguir, Y luego para obligar más á Dios pondrá por intercesora á la Reyna de los Ángeles con la siguiente oracion.

 

ORACIÓN,

 Oh soberana Reyna de los cielos y Señora de todos los nueve coros, María Santísima digna madre de mi Señor Jesucristo, templo vivo de la divinidad, depósito de los tesoros de su gracia, principio de nuestro remedio, restauradora de la universal ruina del linaje humano, nuevo gozo de los santos, gloria de las obras del altísimo y único instrumento de su omnipotencia: confiésote por madre dulcísima de misericordia, refugio de los miserables, amparo de los pobres, consuelo de los afligidos, y todo lo que en tí, por tí, y de tí confiesan los espíritus angélicos y los santos, todo lo confieso, y lo que en tí y por tí alaban á la divinidad y la glorifican todo lo alabo y glorifico, y por todo te bendigo, magnífico confieso y creo.

 

Y pues el poder divino convida á todos los pobres desvalidos, ignorantes, pecadores, grandes, pequeños, enfermos, flacos y á todos los hijos de Adán, de cualesquier  estados, condiciones y sexos, prelados y príncipes, é inferiores, para que vengan por su remedio á su infinita y liberal providencia, por la intercesion de la que dio carne humana al Verbo, porque sola ella es poderosa para solicitar nuestro remedio y alcanzarle: por tanto sagrada Reyna de todas las jerarquías, os pido y suplico en nombre de todas ellas nos alcancéis dé vuestro querido hijo la exaltación de su santo nombre en todas las partes del mundo, la salud espiritual de todas las almas, la extirpación de las herejías, la ruina del soberbio príncipe de las tinieblas ; la universal extensión de la santa Iglesia y la paz y concordia entre los príncipes cristianos, para que todos eternamente alabemos al santo nombre de Jesucristo, á quien sea gloria por infinitos siglos de los siglos. Amén.

 

DIA SEGUNDO.

RAFAEL CELADOR DE LA HONRA DE DIOS.

 

El alto grado de gloria á que elevó el Todopoderoso á RAFAEL, es una prueba cierta del ardiente celo, con que en el día primero del Mundo defendió la honra del Altísimo, inicuamente ajada por el príncipe de la soberbia Lucifer, cuando con impotente orgullo quiso este fijar su trono sobre el Monte del Testamento, elevarse sobre los astros del Cielo., y arrogarse la gloria de muy Alto.

 

Él fue entonces uno de los más valientes campeones, que al lado del grande Miguel sostuvo los derechos del Sumo de los Reyes, y con el rayo de la verdad, vibrado por su fulminante boca, lanzó á los abismos aquel dragón horrible y todos sus secuaces. Este celo de la Divina gloria es el resorte que da impulso á todas sus acciones, y aun en los continuos actos de bondad y misericordia, con que socorre á los hombres, lejos de buscar su propia gloria, no se propone otro objeto, sino que los favorecidos bendigan, alaben y glorifiquen al Señor. Esta es la única recompensa que exigió de los imponderables beneficios, que había dispensado á los dos Tobías.

Bendecid, les dijo, al Dios del Cielo, y publicad su gloría admite todos los vivientes, por haber usado para con vosotros de su misericordia. Medítese &c. como en el día primero.

 

COLOQUIO.

 ¡Cuán feliz seria yo, celosísimo RAFAEL, ¡si llegase á imitaros en el celo de la honra de Dios! Vuestro purísimo pecho es un volcán de amor divino, y este fuego de amor, es el que levanta allí la llama de vuestro celo. Quien ama olvida sus propios intereses, ni conoce más anhelo que los que se dirigen al provecho y gloria del amado.

 Vos que tanto ardéis en incendios de amor seráfico, solo respiráis llamas de inflamado celo por la gloria de vuestro amado Dios. Mas yo ¿qué celo puedo tener de esta honra, cuando mi corazón para con Dios vence en frialdad y dureza al insensible mármol? Todo concentrado dentro de mí solo, vengo á ser. El ídolo de mí mismo, en cuyas solas aras quemo todos mis inciensos.

 Mis pensamientos, mis afectos, mis obras solo se dirigen á contemporizar mi amor propio, procurando de mil maneras la satisfacción de todas mis propensiones y antojos, aunque para esto sea preciso ofender é insultar á mi Criador, violando su ley en su presencia.

No sé mirar la más leve injuria que se me haga, sin amotinarse luego mis pasiones; y miro con indiferencia y sin dolor las innumerables ofensas, que se hacen sin cesar al Dios de la Majestad y de la gloria. ¡Que contraste, ardiente RAFAEL, ¡entre mi frialdad y vuestro celo! Curadme, ó Médico celestial, de enfermedad tan oprobiosa. 

Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri,

  

DIA TERCERO.

RAFAEL PROTECTOR DE LA PUREZA.

 

Aunque la pureza sea blasón común de todos los Ángeles, por ser puros espíritus, y carecer por lo mismo de esta grosera y corruptible masa de carne, que agrava á nuestra triste alma; sin embargo, ella pertenece y distingue de un modo especialísimo al purísimo RAFAEL, por cuyo motivo es considerado por especial Protector de la castidad.

 Él es quien ata, sujeta, y confina al infernal Asmodeo, que es el portaestandarte de la lujuria. Efectivamente leemos en la Sagrada Escritura, que él libró á Sara, hija de Raquel y Ana, de la obsesión de aquel inmundo demonio, que le había ya muerto siete maridos, en quienes había atizado primero el hediondo fuego de la lujuria. La protección del grande RAFAEL escudo al joven Tobías; y lejos de permitir á aquel impuro espíritu, que le asestase sus tiros como á los demás maridos de Sára. 

 Cogióle, dice la escritura, y le amarró en el desierto del alto Egipto. Asi es, que este angélico Protector de la pureza quita las fuerzas al demonio tentador y corona de triunfos á los que reclaman su auxilio en las arduas y siempre temibles batallas, conque pretenden los demonios conquistar el preciosísimo tesoro de una Virtud tan bella, como frágil.

 

Medítese &c. como el día primero.

 

COLOQUIO


Purísimo RAFAEL, ¡Oh cuan enamorado os contemplo de la fragantísima azucena de la pureza! ¿Con que ahínco, y con cuan sabias y oportunas instrucciones procurasteis inspirarla á vuestro querido Tobías, pintándole la brutal condición de aquellos infelices, que á la manera del caballo y el mulo corren precipitados á disfrutar unos placeres que gustados acarrean la muerte?

Ángel de la pureza, interesaos tambien en mi ayuda, sostenedme en mis choques, y esgrimid la espada de vuestra irresistible virtud contra los infernales enemigos, que con incesantes y porfiados ataques pretenden abrir brecha en mi corazón, para hurtarme aquella preciosa joya, que forma las delicias del Hijo de la Virgen. Mirad, que son muchos, y muy temibles los enemigos, que se han aliado con cruel mancomún contra de mí; el Mundo con mil aparatos lisonjeros, mi propia carne con sensaciones tan halagüeñas como traidoras, todo el infierno con innumerables artimañas; todo, Santo mio, conspira á triunfar de mi constancia en ser puro. ¿Qué haré triste de mí, que no soy sino imbecilidad y flaqueza, si no sucumbir y perderme? Precisa me será una mano tan robusta como la vuestra para sacar me airoso y triunfante. Esta mano pues pido, esta deseo, y con esta cuento.

 Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri,

 

 DIA CUARTO.

RAFAEL AMIGO DE LAS OBRAS DE MISERICORDIA

 

Otro de los timbres, que más ilustran y engrandecen á RAFAEL, es aquel vivo empeño que toma en atender y recompensar las obras de misericordia, con que los hombres se socorren mutua y especialmente la limosna.

 Su genio tierno, benéfico y bondadoso le hace mirar con fino cariño á cuantos congenian con él en la piedad y misericordia. Aquel Héroe de la caridad para con los vivos y difuntos, el anciano Tobías ¿qué beneficios no recibió de mano de este generosísimo Príncipe? Cuando él distribuía con franca mano su pan á los pobres, cuando interrumpía su comida, y se desprendía del descanso del sueño nocturno para dar sepultura á los muertos; cuando en fin desplegaba de mil modos su caritativo pecho en beneficio de sus con cautivos hermanos; RAFAEL vigilaba solícito atendiendo con dulce complacencia estos actos de humanidad, presentándolos en copa de oro ante el acatamiento del Dios de las misericordias.

 ¿De qué bienes enseguida no colmó su persona, su casa, y su familia? Vista, riquezas, consuelo larga vida, virtudes, toda clase de prosperidades fueron la recompensa, que con su famosa aparición la negoció. Tanto como este amó RAFAEL la misericordia.

 

Medítese &c. como el dio, primero.

 

COLOQUIO


Misericordia RAFAEL, yo no sé ver en vos si no la más cabal y exacta imagen del Padre de las misericordias y Dios de toda consolación. A imitación suya no contento con favorecer vos á vuestros queridos hombres, formáis un empeño de que ellos se favorezcan recíprocamente. Mientras que vos estabais acumulando mil importantes beneficios sobre las dos casas de Raquel y Tobías, inculcabais con estilo enérgico el ejercicio de la limosna y demás actos de beneficencia-Mejor es, decíais, la limosna, que almacenar tesoros de oro.  Ella es la que preserva de la muerte: ella la que limpia los pecados, y el más seguro garante de la misericordia de Dios y de la vida eterna, ¡Ay de mí! que tengo un corazón tan de piedra para con mis hermanos.  Toda miel y regalo para conmigo, reservo la hiel y los ajenjos para los otros; y antes de arrostrar la menor incomodidad, sufriré que padezca de hambre un infeliz.

 ¿Cómo podréis vos mirarme con buenos ojos? No, no es vuestra protección para los insensibles y crueles. Rogad pues á Dios, mi amado Arcángel, que sensibilice mi corazón, para que á ejemplo vuestro me haga todo para todos, ejercitándome en adelante en todas las obras de misericordia. Esta es la merced que hoy os pido.

 Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri,

  

DIA QUINTO.

RAFAEL ABOGADO DE LA ORACION.

 

¡Es increíble la complacencia, que perciben los Santos Ángeles en las oraciones que dirigen los hombres al Omnipotente! Por esto se nos describen en el Apocalipsis con azafates de oro en sus manos llenas de aromáticos olores, que como allí mismo se dice, son las oraciones de los Santos, que ellos presentan como fragante timiama ante el inaccesible Altar de la tremenda y centelleante Divinidad.

 Pero además de este amoroso anhelo, con que todas las inteligencias angélicas generalmente miran y protegen la Oracion, tenemos datos particulares del especial interés, que toma en ella el grande RAFAEL, desde los altos cielos parece está continuamente atalayando para ver y descubrir los hombres de oracion, y ofrecerla al Altísimo en favor de ellos.


Cuando tú orabas con tierno llanto, yo fui quien ofrecía á Dios tu oración. Así desabrochó su pecho, hablando con Tobías Y no hay duda, que hará lo mismo con cuantos se dedican con esmero á la Oración, especialmente, si invocan su auxilio con fervor y alentada confianza; que por esto lo considera la Iglesia estar en pie con el incensario en la mano delante el ara del Templo, como que está siempre en actitud de ofrecer á Dios el oloroso perfume de nuestras oraciones.

  Medítese, &c. como el día primero.

  COLOQUIO.


Ya que sois, excelso Príncipe RAFAEL, el abogado y promotor de la Oracion, alcanzadme de Dios el espíritu de esta virtud elevadora, que transforma los hombres en Serafines. Ella es la que corre la cortina á los sublimes espectáculos de la eternidad, entabla una amistosa correspondencia entre Dios y el hombre, da al alma alas de paloma, con que se traslada en un momento desde el abismo de la nada hasta el refulgente solio de la divinidad, enerva la fuerza tirana de las pasiones, degüella los vicios, da vida á las virtudes, hace llover del cielo mil saludables destellos de toda suerte de favores; ella en fin enciende en el alma aquella dulce y vehemente llama, que limpiándola de toda escoria de terrenos afectos, la eleva á los místicos ósculos y abrazos del Dios del amor puro, hasta unirla y hacerla un mismo espíritu con él.

 Ella pues formará en adelante mis delicias, dedicando á su ejercicio tantas horas como hasta ahora se me ha llevado la ociosidad, y unas tareas vanas y aun perjudiciales. Estos son mis propósitos. Vos que sois el amigo de la oracion, suplicad al Señor, me dé la gracia de saber llevarlos á obra. Así lo espero de vuestra generosa condición.

 Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri,

 

DIA SEXTO

RAFAEL CONDUCTOR DE LOS CAMINANTES.

 

Pasma verdaderamente la cariñosa solicitud, que manifestó el grande RAFAEL en ofrecerse por compañero de Tobías, y seguirle en todos los puntos de su famosa ruta. Disimulando la alta dignidad de su carácter, y transformado en un joven viajero con el nombre de Azarías para hacerse más franco y familiar ¿qué dulzura no usa en su trato? ¿De qué riesgos no le preserva? ¿Qué bienes no le alcanza? ¿Y qué saludables preceptos y máximas no le inspira?

 De esta manera mientras es su guía y conductor por los caminos de la tierra, es al mismo tiempo un sabio Mentor, que le ilustra é instruye, enseñándole el verdadero camino, que lleva á la eterna vida. Y verdadera mente, como dice San Gregorio, mientras vivíos en este mundo, estamos como en camino, con que nos dirigimos á la Patria: que por esto somos llamados viadores. ¡Dichoso y bien hadado el hombre, que, desviándose del camino de la iniquidad y perdición, atina con el que guía á la morada feliz de los bienaventurados ¡Y mil veces tambien dichoso, el que logra para esto un conductor tan diestro y oficioso como RAFAEL! Seguro podrá estar con tan buen compañero de no tropezar en los continuos obstáculos, que se atraviesan por este camino, y llegar prósperamente al fin de tan crítica é interesante jornada.

 

 Medítese, &c. como en el día primero.

  

COLOQUIO.


A vos invoco, dulcísimo RAFAEL, mientras que voy viajando por la peligrosa carrera de esta frágil y deleznable vida. Más tímido é inexperto que el mozo Tobías, preciso será que os dignéis asirme de la mano, para que no dé en algún horrible precipicio. Por todos los puntos de esta derrota hay ladrones y asesinos, que están continuadamente acechando, para hurtarme el oro de las virtudes, y hasta la vestidura de la gracia, y quitarme con esto la vida del alma, que es la única verdadera vida.


Se hallan con frecuencia caminos espaciosos y amenos, cubiertos de flores y de varios hechizos, á que se nos llama con mil lisonjeros atractivos de honras, riquezas y placeres. De otra parte, se presentan páramos desiertos, montes escabrosos, y ardientes arenales, que meten grima y horror de solo verlos.  

 ¡Cuán fácil es atendida nuestra innata propensión á lo agradable, andarse por los caminos deliciosos, y volver las espaldas á los arduos! Y sin embargo estos son, en boca de la verdad eterna, los que guían á la vida, mientras que aquellos tienen por remate la muerte en la sombría región del llanto sempiterno. Tenedme pues siempre de la mano, Ángel conductor, y obligadme, aunque me cueste la vida, á seguir siempre los que tienen por término la eterna vida.

 Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri,

 

DIA SEPTIMO.

RAFAEL LIBERTADOR EN LOS PELIGROS.

 

De ningún otro de los espíritus Angélicos refiere la Sagrada escritura tantas particularidades y pormenores, como de RAFAEL. La historia de Tobías no parece tambien sino la historia de este humanísimo Arcángel. Allí pues se descubre su sabiduría y prontitud en librar de los peligros al Hijo de aquel Héroe. Un pez descomunal sale del fondo del rio Tigris, y va con furia á tragarse á aquel mozo, mientras que este quería lavarse los pies.

 Asustado y atónito Tobías, grita con alta voz al Arcángel: Señor, mirad que me enviste. No te asustes, le responde; antes bien cógelo por las agallas, y échalo en la tierra. Asi lo hizo impávido; y lo que al 'principio causó susto y espaviento, fue despues origen de imponderables ventajas.

Con no menos prevención libró al mismo y su esposa Sara del inminente riesgo de la crueldad del Demonio, enseñándoles el medio con que precaverse de su furor, y hacerse invulnerables á sus tiros. Y si pudiésemos abrir aquí los anales de la Iglesia ¿no hallaríamos innumerables testigos del pronto auxilio que experimentaron invocando á RAFAEL en sus peligros? Acudamos pues á él con viva fe y será nuestro fiel libertador de cuantos males pue dan amenazarnos.

 Medítese &c.  Como el día primero.

 

COLOQUIO.

 Con tantas voces quisiera aqui llamaros, mi amado RAFAEL, cuántos son los innumerables peligros, que me rodean. Peligros de salud, peligros de la fama, peligros de los bienes de fortuna, peligros en la soledad, peligros en el concurso, peligros en la mar, peligros en la tierra, peligros de cuerpo, y, lo que es más sensible, y aún más frecuente, peligros del espíritu.

 ¡Oh con cuanta propiedad mostró Dios al grande Antonio Abad este Mundo como un campo vastísimo, todo sembrado de lazos y peligros! ¿Qué vigilancia no se necesita para poner el pie en punto seguro? ¿Qué astucia y valor, para no ser presa de nuestro adversario el Diablo, que, como león bravo, da con feroz rugido mil vueltas á nuestro rededor para devorarnos? ¿Qué superioridad de espíritu, para no sucumbir á la fuerza dominante de unas costumbres perversas, que tanto se han generalizado en nuestros días con dispendio de la Divina Ley?

 Casi cuanto vemos, cuanto oímos, cuanto gustamos, cuanto en fin está cerca de nosotros, compromete nuestra seguridad, y pone en contingencia nuestra salvación. Vos pues, que tanto os distinguís en preservar de los peligros á los que os invocan, sedme presente en mis apuros, protegedme, cubridme, salvadme, y no me desamparéis hasta ponerme en la excelsa Región de la imperturbable seguridad.

 Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri

 

DIA OCTAVO.

RAFAEL PROVEEDOR EN LAS NECESIDADES.

 Tambien se atrae los solícitos desvelos de RAFAEL la provisión de lo que necesitamos para poder pasar esta miserable vida, si lo que pedimos, no lo deseamos para prodigarlo á la satisfacción de nuestras vergonzosas pasiones, sino para nuestra decente manutención y otros fines útiles á la gloria de Dios y socorro de nuestros semejantes. Testigo de esta verdad será, en todos los siglos la casa de Tobías, para quien no solo fue el mismo en persona a cobrar la considerable suma de diez talentos de plata, que le adeudaba el buen Gabelo vecino de la ciudad de Rages en la Media; más aún enriqueció su casa con la mitad del opulento patrimonio de Raquel, y aun con todo el patrimonio entero, seguida la muerte de este virtuoso varón.

 Esta misma generosa providencia mostraría á los necesitados, si con los fines arriba indicados, depositasen en él toda su confianza, como lo han experimentado diferentes, recurriendo á este tesorero del gran Rey con viva fe, é inflamada devocion. Enciéndase pues en nuestro pecho la viva llama de nuestro afecto y confianza; y desde luego nos inundarán las efusiones de generosidad y bizarría, con que este Arcángel de la conmiseración nos proveerá en todas nuestras necesidades.

 Medítese, &c. como en el día primero.

 

COLOQUIO.

 Benéfico y próvido RAFAEL pues que tantas pruebas de socorro habéis dado en todo tiempo; á vuestra providencia me asilo, para que me alcancéis todo cuanto sea menester para pasar en tranquila paz y decencia esta breve y fugitiva vida. No pretendo montañas de oro para fijar sobre su cumbre un trono á mí soberbia, sino precisamente aquello que vos, ilustrado con los rayos de la eterna luz, sabéis que me conviene para mi manutención y otros fines de la Divina gloria.

Pero los bienes, de que con más ahínco os suplico me proveáis, son los bienes del alma, en cuyo confronto, según expresión del Sabio, ni la plata es más que lodo, ni el oro sino contentible arena, ni todas las riquezas merecen otro nombre que el de la nada, ¿De qué me serviría, que montes de oro precediesen mi carro triunfal, como al de Pompeyo; si en remate quedase para siempre priva do de las verdaderas riquezas, de que hace magnífica ostentación el Rey inmortal de los siglos, en aquel brillante Reino que mide su duración con la eternidad ? ¿Seré tan loco como Esaú, que por un puñado de legumbres venda tan rico patrimonio? No, no, Santo mio. Lo que primero pido es el Reino de Dios y su justicia; y lo demás solo por añadidura. Esto espero de vos.

Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri

  

DIA ÚLTIMO.

RAFAEL MEDICO DE NUESTRA SALUD.

 

Si bien en todo género de urgencias se ha mostrado siempre RAFAEL, un dulce amigo de los hombres; pero lo que más peculiarmente le distingue y caracteriza es el oficioso anhelo, con que se interesa en curar nuestras enfermedades. Su nombre es ya el más completo elogio; pues RAFAEL, significa Medicina de Dios. ¿Qué enfermedad habrá tan renitente, que no ceda á tal medicina, y á tal Médico? Cede en efecto la ceguera de Tobías: cede la obsesión de Sara: cede la devorante melancolía de Ana y de Raquel: toda aflicción, en fin, toda dolencia cede.

Persuadida la Iglesia Santa de esta verdad consoladora, invoca en las enfermedades de sus hijos á este Ángel de la Piscina, como al único instrumento de que se vale Dios en todas las curaciones milagrosas, como dicen los " Santos Padres Gregorio y Agustino. La ciudad de Córdova con solo acudir á éste Médico celestial, y colocar su imagen en el pináculo de su Catedral, vio cesar repentinamente una peste asoladora, que iba acabando con todos sus vecinos, sembrando por todo el llanto el luto y la orfandad. ¿Qué beneficios no percibió de él aquel inmortal Héroe de la caridad con los enfermos San Juan de Dios, hasta verle con el hábito de su Orden servir y curar á aquellos, y tenerle por su agonizante en la última hora de su vida? Acudamos pues á él con viva fe, y sanará nuestras enfermedades.

 Medítese, &c. como en el día primero.

 

COLOQUIO.

 Sapientísimo Médico del cielo y piadoso Príncipe RAFAEL ¡qué tiernas que son vuestras entrañas, y cuan fino y dulce vuestro corazón, pues tanto interés tomáis en consolar y aliviar á los afligidos dolientes, que yacen sobre él Lecho de su dolor! Ya pues que tan tierno sois, y tan piadoso, á vos pido, y de vos espero la salud del cuerpo, para poder trabajar continuamente á gloria del Criador y bien de sus hechuras.

Pero ante de todo os suplico miréis con ojo compasivo las innumerables enfermedades de que adolece mi alma. ¡Oh que campo tan ancho ofrecen estas á vuestra compasion y humanidad! La hinchazón de la soberbia me tiene todo entumecido: la comezón de la codicia me irrita: la maligna calentura de la lujuria me enciende: la inflamatoria ira me' agita: el bolismo de la gula me embrutece: el tétrico humor de la envidia me tiene pálido y afilado; Y la gota de la pereza me tiene del todo paralizado.

Tantos, tan graves, y tan inveterados males solo la medicina de Dios podrá curarlos. Vos pues, á quien honra el Todopoderoso con tan interesante dictado, enterneceos sobre tan horroroso cúmulo de males, curando las dolencias de aquellos vicios capitales con los medicamentos de las virtudes opuestas. Este es el fruto especial, que deseo alcanzar por vuestra mediación en esta Novena; pues él. Solo me asegura la salud eterna en la gloria.

Y para más obligaros unido mi espíritu con las tres (Jerarquías de los Ángeles, saludo á la Sacrosanta é individua Trinidad con tres Padre nuestros, tres Ave Marías y un Gloria Patri

 

 GOZOS

AL ARCANGEL SAN RAFAEL.

De Dios intimo Privado
Y su ministro escogido;
Rafael de Dios querido

Dad la salud invocada.

  

Tú eres en naturaleza

Un puro espíritu, y tal,

Que en la Corte Celestial

 Descuella tu grande Alteza:

Al Sol vences en belleza,

Del eterno sol bañador:

 

Rafael…

 

En aquella antigua lid,

En que el valiente Miguel

Ajo al soberbio Luzbel,

 Fuisteis invencible adalid:

 Tropas del abismo huid,

 Pues ambos os han hollado:

 

Rafael…

 

De los siete más vecinos

 Al trono augusto de Dios

Por uno os cuentan á vos

Los oráculos divinos:

Nuestros discursos mezquinos

Vence tan noble dictado

 

Rafael...

 

Principado en dignidad,

En las luces Querubín,

En las llamas Serafín,

Y Trono en la majestad:

Reúnes la autoridad

Del Angélico Senado:

 

Rafael…

 

Aunque tan grande en el Cielo

 Del hombre no os desdeñáis,

 De allá á la tierra bajáis

 Para su guía y consuelo:

 De Dios tomando el modelo

 A nadie os negáis llamado:

 

Rafael…

 

Por vos Tobías el mozo

 Libre de un susto mortal

Halló bienes sin igual,

Halló mujer, halló gozo:

Por vos llena el alborozo

A Raquel su suegro amado:

 

Rafael…

 

Sara antes entristecida

 Con siete maridos muertos,

 (Por ti echado á los desiertos

 Asmodeo) vuelve á vida:

 Y á un santo marido unida

 Prole feliz le has logrado:

 

Rafael…

 

Tu de Gabelo el dinero

Para Tobías cobraste,

Tu siempre caudal hallaste

Al que te ama con esmero:

Siempre en tí un fiel tesorero,

 Halla el bien intencionado:

 

Rafael….

Tú á Tobías el mayor,

 Ya de muchos años ciego,

 Con hiel de un pez diste luego

 De la vista el resplandor:

 Loa el anciano al Señor

Y ve al hijo suspirado:

 

Rafael…

 

Tu ofreces en copa de oro

 Al gran Rey de la alta Sion

 La limosna, la oracion

Y del pecho humilde el lloro:

 La piedad es tu decoro

Y hacer bien al angustiado:

 

Rafael…

Ángel de salud te llama

 La Iglesia la cual opina,

Que el Ángel de la Piscina

 Eres tu: y quien á ti clama

 De tu caridad la llama

 Presto siente remediado:

 

Rafael…

 

Ya tu nombre mismo expresa,

Que eres de Dios Medicina:

De socorros rica mina

Todo el mundo te confiesa:

¡Feliz el que te profesa

 Un amor fiel y alentado!

 

Rafael…

No es Córdoba solamente

 La que por tí apadrinada

Se vio pronto libertada

De un contagio pestilente:

A cualquiera edad y gente

 La salud has alcanzado:

 

Rafael…

 

Pues siempre das grato oído,

Al que te llama confiado:

RAFAEL de Dios querido

Dad la salud invocada.

 

PRINCEPS gloriosissime, Raphael Archangele, esto memor nostri: hic et ubique semper precare pro nobis Filium Dei, alleluia, alleluia. 

 

V. Stetit, Ángelus juxta aram templi.

R. Habens thuribulum aureum in manu sua.

 

Deus qui beatum Raphaélem Archangelum Tobias famulo tuo comítem dedisti in via: con cede nobis famulis tuis: ut ejusdem semper protegamur custodia, & muniamur auxilio. Per Christum Dominum nostrum. Amen.

 

Oh Gloriosísimo Príncipe, Arcángel Rafael, acuérdate de nosotros, aquí y en todas partes: ora siempre al Hijo de Dios por nosotros, aleluya, aleluya

 

V. Un Angel se puso junto al Altar del templo

R. Con un incensario de oro en su mano

 

Oh Dios que has dado a Tobías tu siervo al bendito Arcángel Rafael, como compañero para el viaje, concédenos la gracia, a quienes también somos tus siervos, que también podamos ser protegidos por su vigilancia y fortificados por su ayuda. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén

 

 

Letania a San Rafael Arcangel

 

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.

Cristo escúchanos. Cristo, amablemente escúchanos a nosotros.

Dios el Padre del Cielo, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios el Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

Santa María, Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.

San Rafael, ruega por nosotros.

San Rafael, lleno de la misericordia de Dios, ruega por nosotros.

San Rafael, perfecto adorador de que la Palabra de Dios, ruega por nosotros.

San Rafael, el terror de los demonios, ruega por nosotros.

San Rafael, exterminador de vicios, ruega por nosotros.

San Rafael, la salud de los enfermos, ruega por nosotros.

San Rafael, nuestro refugio en todas nuestras pruebas, ruega por nosotros.

San Rafael, guía de los viajeros, ruega por nosotros.

San Rafael, consuelo de los presos, ruega por nosotros.

San Rafael, la alegría de la Dolorosa, ora por nosotros.

San Rafael, lleno de celo por la salvación de las almas, ruega por nosotros.

San Rafael, cuyo nombre significa "Dios sana", ruega por nosotros.

San Rafael, amante de la castidad, ruega por nosotros.

San Rafael, azote de los demonios, ruega por nosotros.

San Rafael, en la peste, la hambruna y la guerra, ruega por nosotros.

 

San Rafael, ángel de la paz y la prosperidad, ruega por nosotros.

San Rafael, dotado con la gracia de la curación, ora por nosotros.

San Rafael, guía segura en el camino de la virtud y la santificación, ruega por nosotros.

San Rafael, ayuda de todos los que imploran tu asistencia, ruega por nosotros.

San Rafael, que fuiste guía y consuelo de Tobías en su viaje, ruega por nosotros.

San Rafael, a quienes las Escrituras alaban: "Rafael, el santo ángel del Señor, enviado a curar", ruega por nosotros.

 San Rafael, nuestro abogado, ruega por nosotros.

 

Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.

Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, escúchanos, Señor.  

Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Ruega por nosotros, San Rafael, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

 

Señor, Jesucristo, por la oración del Arcángel Rafael, concédenos la gracia de evitar todo pecado y de perseverar en toda buena obra hasta llegar a nuestro destino celestial, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén