
Es el entendimiento la raíz de cuanto bueno y malo hay en el hombre. Grande Sacrificio hace a Dios el que le rinde su propio entendimiento o Juicio, con especialidad en los casos siguientes:
1.º En apartar o vencer la desidia o negligencia, en saber las cosas de su obligación, las que cada uno debe saber perfectamente para no incurrir en la indignación y reprobación de Dios, según dice el Apóstol con estas palabras: El que ignora, será ignorado.
2.º En Sujetar el propio parecer o juicio al de los superiores, juzgando acertado lo que ellos mandan, y obedeciendo siempre, si lo mandado no es contra la ley de Dios.

4.º En mortificar los deseos de saber cosas dañosas e inútiles, ora sea de lo que enseñan los libros prohibidos, ora de lo que hablan las personas murmuradoras que tienen gusto de contar vidas ajenas o lo que pasa en las casas o en la población.
5.º No juzgar las obras ni palabras ajenas, a no ser qué a ello obligue el oficio de superior, porque este debe velar o sospechar sobre lo que dicen, hacen o pueden hacer las personas que le están sujetas, o para corregirlas si han hecho o hablado mal, o para prevenir el mal e impedirlo; pero en cuanto a los demás, juzgar siempre de ellos lo mejor que se pueda, y en las cosas evidentemente malas, juzgar siempre con piedad, pensando que nosotros hartos defectos tenemos, y que, si nos hallásemos en el caso del prójimo y Dios no nos detuviese, seriamos peores que el.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario