"POR LA CONVERSION DE LOS INFIELES"

¡Dios te salve, María, Virgen y Madre de Dios! Aunque miserable pecador, vengo con la mayor confianza a postrarme a vuestros pies santísimos, bien persuadido de ser por ti socorrido de que eres la que, con tu gracia y protección poderosa, alcanzas al género humano todas las gracias del Señor. Y si estas suplicas no bastaran pongo por medianeros y abogados a los nueve coros de los Ángeles, a los Patriarcas, y Profetas, a los Apóstoles y Evangelistas, a los Mártires, Pontífices y Confesores; a las Vírgenes y Viudas; a todos los Santos del Cielo en especial al Cura de Ars, Santa Filomena, San Francisco de Asís, San Benito y justos de la tierra. Cuiden de esta página y de lo que aquí se publica para el beneficio de los fieles de la Iglesia Católica; con el único fin de propagar la fe. Que, esta página sea, Para Mayor Gloria de Dios.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Comulgando con la Virgen




MEDITACION I
DIOS PREPARA A SU MADRE


ESCENA: El cuadro de la inmaculada pintado por Ribera.


El eterno Padre extiende su brazo omnipotente en las sombras espesas de la nada. De su mano brota una catarata de luz y en medio de ella aparece la Virgen tan limpia, tan hermosa, que los ángeles vuelan a mirarla y quedan extasiados contemplándola.

Iº Más limpia que la patena  María está destinada por Dios para Madre Suya. ¿Cómo la prepara?
Ante todo la hace muy limpia; libre de todo pecado, hasta del pecado original. Los vasos sagrados destinados a guardar y sostener el cuerpo de Jesucristo han de estar muy limpios: el cáliz, el copón, la patena.

Aun cuando estén siempre limpios el cáliz y la patena, todavía el sacerdote, momentos antes de poner en ellos el pan y el vino que han de convertirse en el cuerpo y la sangre de Jesús, pasa por ellos el purificador, para quitar hasta las más ligeras motitas.

¡Cuánta limpieza quiere Jesús! María estaba destinada a ser patena. En sus brazos y en su regazo descansaría innumerables veces Jesús, niño pequeñito. Estaba destinada a ser cáliz y copón. En su seno virginal viviría nueve meses el Verbo de Dios hecho carne, de la carne misma de la Virgen.


Por eso hace Dios a Su Madre limpísima: es la Inmaculada.  Tú también estás destinado a ser patena del cuerpo de Jesucristo. Él quiere que comulgues, y cuando te acercas a comulgar, el sacerdote deposita en tu lengua y en tu corazón el cuerpo de Jesucristo. Tu alma tiene que estar muy limpia como el cáliz y la patena, lo más parecida al alma de la Virgen.


Jamás te acerques a comulgar en pecado mortal. Eso sería arrojar el cuerpo de Jesús a un muladar.
Aunque no tengas pecado mortal, tendrás alguna falta venial, alguna imperfección; limpia tu alma de toda mancha moral antes de recibir a Jesús, como el Sacerdote limpia con el purificador el cáliz y la patena. Purificador del alma, es el agua bendita que tomas al entrar en la Iglesia; con ella se perdonan los pecados veniales. Purificador del alma, es el acto de contrición que debes rezar con toda sinceridad y con todo el afecto de tu corazón antes de comulgar.  Los vasos destinados a contener la Eucaristía estan consagrados por el Obispo; por eso no pueden dedicarse a usos profanos.

Su profanación le desagrada mucho a Dios. Por eso castigó severamente al Rey Baltasar.  Estaba Baltasar en un banquete y mandó traer los vasos de oro y de plata que su padre Nabucodonosor había robado del templo de Jerusalén, y mientras el rey profanaba los vasos sagrados una mano misteriosa escribió en la pared el castigo de Dios: el término de su reinado.

María destinada a ser depositaria del cuerpo de Jesús y Madre suya, tambien estuvo consagrada completamente a Dios. Se entregó a El luego que tuvo uso de razón y muy pronto hizo voto de virginidad perpetua.


María estuvo siempre apartada de las vanidades del mundo. Fue toda de Dios. El cristiano destinado a ser depositario del cuerpo y de la sangre de Jesús tambien está consagrado al servicio de Dios.  Lo es cuando recibe el bautismo, cuando el sacerdote arroja de su alma al demonio para que venga a vivir en ella el Espíritu Santo; cuando unge su cuerpo con el óleo santo, y le marca con la señal de la cruz; cuando en su alma queda impreso el carácter bautismal, indeleble que le separa del paganismo y le hace discípulo de Jesús.


Así queda preparado el cristiano para ser patena y copón de la Eucaristía.  No profanes tu cuerpo y tu alma.  Después de comulgar no vayas a diversiones donde te manches con el pecado.  Terminando el santo sacrificio de la misa, los vasos sagrados se guardan en un estuche para que no se manchen y puedan utilizarse al día siguiente.


Tú que comulgas todos los días, vive recogido, apartado de las ocasiones de pecado. No seas de los que comulgan por la mañana y pecan y escandalizan por la noche. Eso es profanar tu cuerpo y tu alma, patena y copón de la Eucaristía. Dios puede cansarse de tus profanaciones y enviarte el castigo.

II Más rica que la custodia

1 º La custodia suele ser lo más precioso de los templos cristianos.  En su fabricación se emplean los metales más ricos: plata, oro, platino.  Para adornarla se colocan perlas, piedras preciosas.  Las joyas más valiosas, las que encierran recuerdos familiares más íntimos las dedican los cristianos fervorosos al adorno de la custodia.


Los orfebres derrochan arte para construir las custodias.  Es que la custodia está destinada a exponer a la veneración el cuerpo de Jesús sacramentado.

2º La Virgen estaba destinada a ser custodia que sostuviera a Jesús niño y presentarle a la veneración. La noche de Belén es fiesta de exposición mayor. Los ángeles cantan al Hijo de Dios hecho niño. Los pastores le adoran de rodillas y la Virgen le sostiene en su regazo. Ella le presenta tambien a los magos mientras le adoran y le ofrecen sus dones.  La Virgen fue custodia en la que saldría en procesión muchas veces el Hijo de Dios.

Procesiones del Corpus Christi fueron: el viaje de la Virgen al templo de Jerusalén para presentar a su Hijo a los cuarenta días de nacido: y el que hizo desde Belén a Egipto a través del desierto. Y en esas procesiones, la custodia fue la Santísima Virgen. Si los hombres emplean tantas riquezas en adornar las custodias muertas, ¿qué derroche de riquezas sobrenaturales haría Dios para construir la custodia de la Virgen, su Madre?

El metal más precioso que emplea Dios, es la gracia santificante: María es la llena de gracia.
Los adornos son las virtudes y los dones del Espíritu Santo, tan perfectos como no los ha tenido ningún ser creado.Tantas riquezas y tanto arte sobrenatural empleó Dios en hacer a su Madre, que la misma Virgen María, humildísima exclamó: ha hecho en mí cosas grandes el que es Omnipotente. Alma mía, engrandece al Señor.   Tambien tú estás destinado a ser custodia viva de Jesús sacramentado.

Siempre que comulgas le tienes en tu corazón.  En procesión le llevas cuando vas del comulgatorio a tu puesto.  En procesión debes llevarle y exponerle a la veneración de todos cuando sales del templo; porque en todas partes debes irradiar a ese Jesús que recibes en la Eucaristía.


Que todos vean en ti la transformación que obra Jesús sacramentado en las almas. Que nunca digan de ti: y para eso comulgas…

Si eres custodia viva, tienes que estar adornado con todas las virtudes teologales y cardinales y debes prepararte para la Comunion con actos de todas esas virtudes de fe, de confianza, de humildad. Tienes que adornar tu alma con los zafiros de la oracion y con los rubíes del sacrificio, y tu cuerpo con la pureza, la modestia y el pudor. Que seas trono digno donde se siente Jesús. Trono rico en virtudes, parecido a la Virgen, tu Madre.

III Con el oro de la caridad 

1 º En los vasos sagrados, aunque estén hechos de otros metales, lo que ha de estar en contacto con la Eucaristía, tiene que ser de oro. De oro es el viril de la custodia, dorada está la patena y dorados por dentro están los cálices y los copones.  Y cuando el oro se ha gastado, los vasos sagrados se vuelven a dorar.

2 º El oro es el símbolo del amor, de la caridad. Esa es la virtud más preciosa, la que más estima Dios; eso es lo que pide a los hombres: amor. Amaras al Señor tu Dios, con todo tu corazón.  El Espíritu Santo que vive en las almas, difunde en ellas esta virtud tan querida de Dios, podríamos decir que dora las almas con el oro de la caridad.


Qué bien doraría el Espíritu Santo el alma de la Virgen para que fuera patena y custodia de Jesús.
La caridad acompaña a la gracia santificante, y si la Virgen estuvo llena de gracia, tuvo que estar llena de caridad. Su amor a Dios superaba al de los más ardientes serafines; por eso era tan fiel cumplidora de la voluntad divina; porque la verdadera caridad debe traducirse en obras del servicio de Dios.

3 º Cuando te acercas a comulgar ¿llevas mucho amor a Dios en tu alma? Si tienes la gracia santificante tienes la virtud de la caridad; pero bien pudiera suceder que el oro de esa caridad estuviera muy desvaído.

Antes de acercarte a comulgar aviva la caridad con actos muy fervientes de amor a Jesucristo; y despues de comulgar, que tu caridad se manifieste en el cumplimiento fiel de la voluntad divina y en amar a todos los hombres como hermanos; pues el que ama a Dios ama necesariamente a los hombres, imágenes de Dios e hijos de Dios.

Prepárate para comulgar imitando a la Virgen Inmaculada a quien Dios preparo para que fuera su Madre: limpieza de alma, adornos de virtudes, oro puro de amor a Jesucristo.

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