NOVENA DE NAVIDAD
MEDITACION VIII
(23 de Diciembre)
AMOR DE DIOS A LOS HOMBRES EN EL NACIMIENTO DE JESÚS.
Apparuit enim gratia Dei Salvatoris nostri omnibus hominibus, erudiens nos, ut... pie vivamus in hoc saeculo, expectantes beatam spem el adventum gloriae magni Dei et Salvatoris nostri Jesu Christi.
Porque se manifestó la gracia salvadora de Dios a todos los hombres enseñándonos que vivamos piadosamente en el presente siglo, aguardando la bienaventurada esperanza y manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.
Considera que por la gracia que aquí se dice manifestada se entiende el entrañable amor de Jesucristo hacia los hombres; que por esto se llama gracia. Este amor fué, por parte de Dios, siempre idéntico, si bien no siempre aparentó tal.
Primero fué prometido en tantas profecías y encubierto bajo el velo de tantas figuras, pero en el nacimiento del Redentor se dejo ver a las claras, apareciendo a los hombres el Verbo eterno como niño recostado sobre el heno, gimiendo y temblando de frio, comenzando ya asi a satisfacer por nosotros las penas que merecíamos y dándonos a conocer el afecto que nos tenia sacrificando por nosotros la vida: En esto hemos conocido la caridad, en que El dio su vida por nosotros. Se manifestó, pues, la gracia salvadora de Dios y se manifestó a todos los hombres. Pero ¿por qué después no lo conocieron todos y aun hoy día hay tantos que no lo conocen? Porque la luz ha venido al mundo y amaron los hombres más las tinieblas que la luz. No lo conocieron ni lo conocen porque no quieren conocerlo y aman más las tinieblas del pecado que la luz de la gracia. No pertenezcamos al número de estos infelices. Si hasta aquí cerramos los ojos a la luz, pensando poco en el amor de Jesucristo, procuremos, en los días que nos restaren de vida, tener siempre ante los ojos las penas y la muerte de nuestro Redentor, para amar a quien tanto nos amó: Aguardando la bienaventurada esperanza y manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.
Así podremos confiar fundadamente, según las divinas promesas, en aquel paraíso que Jesucristo nos conquisto con su sangre. En esta primera aparición viene Jesucristo como niño, pobre y despreciado, manifestándose en la tierra, nacido en un establo, cubierto con pobres lienzos y reclinado en el heno, pero en la segunda aparición vendrá sobre trono de majestad: y verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poderío y majestad. ¡Feliz en aquella hora quien le haya amado, y desgraciado quien no le hubiera amado!
Afectos y Súplicas
¡Oh mi santo Niño! Ahora os contemplo sobre esta paja, pobre, afligido y abandonado; pero ya sé que vendréis un día a juzgarme sobre esplendoroso trono, rodeado de ángeles. ¡Ah!, perdonadme antes de que me juzguéis. Entonces os portareis como justo juez, pero ahora sois Redentor mío y Padre misericordioso. ¡Ingrato de mi, que no os conocí por no querer conoceros, y en vez de pensar en amaros, considerando el amor que me tuvisteis, no pensé más que en satisfacer mis apetitos, despreciando vuestra gracia y vuestro amor! En vuestras manos pongo esta mí alma que había perdido, para que vos la salvéis: En tus manos mi espíritu encomiendo; - me libraras, Señor, Dios de verdad. En vos deposito mis esperanzas, pues sé que, para rescatarme del infierno, disteis sangre y vida: Me libraras, Señor, Dios de verdad. No me hicisteis morir cuando estaba en pecado y me esperasteis con tanta paciencia para que, entrando en mí, me arrepintiese de haberos ofendido, comenzase a amaros y así pudierais perdonarme y salvarme. Si, Jesús mío, quiero complaceros: me arrepiento sobre todo mal de los disgustos que os he causado; me arrepiento sobre todas las cosas. Salvadme por vuestra misericordia y sea mi salvación amaros siempre en esta vida y en la eternidad.
Amada Madre mía, María recomendadme a vuestro Hijo; hacedle ver que soy siervo vuestro y que en vos puse mi esperanza, pues El os oye y no os niega nada.
Te agradezco amado Redentor.
ResponderBorrarMi alma enamorada desea en este día detenerse y decirte gracias, gracias por tu Amor y tu Perdón.
Gracias por detenerte y contemplar el dolor de mi padre,
Gracias por amarlo con tal amor que su dolor traspaso tu corazón.
Gracias por decirle yo voy y por mirarme con tanto amor desde ese momento de amor incondicional.
Gracias Jesús hijo del Padre,verbo encarnado, luz que ilumina. Amor que transforma, verdad que libera .
Alimento de nuestra alma, agua para nuestra sed ,Palabra de sabiduría,causa de nuestra alegría,sosiego, gozo y paz , camino segura, vida que da vida como no amarte y agradecer tu Amor por mi alma, como no detenerme y contemplar a ese amor que me enamora y me devuelve la vida día a día.
Gracias por ese instante de amor divino, gracias por tu amor de hijo y de hermano.
Gracias por que todo lo aceptaste y todo viviste, gracias por esos meses en el vientre de mi Madre.
Gracias por tu primera sonrisa, tu primera Mirada, tu primera espina.
Gracias por el frió y por tu hambre
Gracias por haber nacido en la anda para mostrarme que desde mi nada me amas ,me llamas y me esperas.
Gracias por que iluminaste mi mundo con tu llegada y por que trajiste a mi alma lo que faltaba.
Y sabes que Jesús? No solo me diste la oportunidad de conocer la Mirada de mi padre, su amor eterno y su larga espera por mi alma. También me has regresado la alegría al conocer y amar a tu Madre que hora también es mía. Así lo quisiste en tu ultima agonía me la diste para que me hiciera compañía
Como no agradecerte en este Día la bendición de tu presencia en mi vida.
gracias por mi vida,
por mi familia,
por mi Fe,
por los mandamientos,
los sacramentos que me devuelven tu vida.
gracias por todo lo que has iluminado mi vida.
tu hija, tu hermana
mary
Gracias por compartir parte de sus pensamientos mas íntimos para con el Señor. Puede ser que no sepamos expresarnos, ya sea escribiendo ó hablando. Pero sé que todos tendremos una oportunidad para adorar al Niño Jesús; que nos espera con tanto amor.
ResponderBorrarTomemos el ejemplo de María, aun permaneciendo en la humildad tenía conciencia de las grandes cosas que se obraban en ella. sin embargo oculto este gran misterio.
"María guardaba todo esto y lo meditaba en su Corazón" (Lucas 2,19)
Un Abrazo en Cristo Rey
JCM